La Temporada Preparatoria
El periodo preparatorio es la primera estructura de la planificación anual o de un ciclo largo de entrenamiento. Es un momento de inicio y transición de una campaña pasada a una nueva.
Su objetivo es crear una base funcional suficiente a través de diferentes y variados contenidos para los periodos posteriores, así como mantener la forma entre temporadas. Su duración es variable (de 2 a 4 meses), según el calendario de competiciones y la experiencia del deportista (más corto a mayor nivel competitivo).
Las características más comunes de este periodo podrían ser intensidades de entrenamiento bajas-medias (entre 50% y 70% de la fc.máx en casi todas las sesiones); la frecuencia (primero) y duración (después) de las sesiones es creciente. Los microciclos de regeneración (cada 3-4 de carga) se suelen suprimir, ya que la variedad de contenidos y moderada intensidad lo permiten.
Combinar con otros deportes
Los contenidos no específicos (nadar, patinar, correr…) sirven para desarrollar o mantenimer los sistemas centrales cardiovascular y respiratorio, sobre todo en deportistas con poca experiencia, además de suponer una motivación psicológica para el deportista debido al cambio de actividad.
También se incluye el entrenamiento de la fuerza en los deportes de resistencia, incluso para la musculatura no implicada en el movimiento competitivo (sin ganar masa muscular). El objetivo es mejorar la fuerza resistencia primero y mejorar la economía de pedaleo después con cargas máximas.
Es un periodo ideal para la perdida de peso graso, para lo que es preciso no tener una dieta rica en hidratos de carbono. De este modo, iniciaremos los entrenamientos específicos con déficit en los depósitos de glucógeno muscular y quemaremos nuestras reservas de grasa como sustrato principal.
Conforme se progresa en el periodo, se hacen menos sesiones/semana de contenidos aeróbicos no específicos (nadar, correr…) y se comienzan a hacer entrenamientos de orientación más intensiva en fuerza y en ciclismo. Haremos, entonces, sesiones que empiecen a acumular algunos puertos suaves o cambios de ritmo largos en llano (12-15′) a media intensidad (70% fc.max).
Controles de entrenamiento
Respecto al control del entrenamiento, debería ser al inicio del año deportivo cuando empecemos con el mismo. Actualmente existen múltiples dispositivos para hacerlo y nuestras recomendaciones serían un medidor de Potencia (tipo PowerTap, SRM u otro) para los ciclistas más exigentes con su preparación; o un GPS-pulsómetro para deportistas de deportes combinados (duatlón, duatlón cross, triatlón invierno…).
Para ciclistas no tan exigentes los clásicos pulsómetros con trasvase de datos al ordenador ya nos permiten un buen control del entrenamiento. En estas tres opciones tenemos sus respectivos programas informáticos para tener nuestra propia agenda de entrenamientos: PowerAgent o cyclingpeaks, sportracks(GPS), Protrainer…
Cuando el periodo preparatorio ya está en marcha, es recomendable hacer un primer test de esfuerzo o valoración funcional. Estos test pueden ser en laboratorio o “en campo”. El objetivo siempre es someter al ciclista a un trabajo controlado (casi siempre progresivo-máximo) y ver qué respuesta fisiológica tiene su organismo.
De forma más precisa puede realizarse en centros médicos (públicos o privados) y con un ergómetro (rodillo medidor de potencia, Cardgirus, Powertap, etcétera) y algún dispositivo (portátil) de medición de esfuerzo (consumo de gases, lactato, pulsometro…). De forma más sencilla en un circuito-velodromo o puerto cercano podemos coger medidas de referencia como test de campo (tiempo, pulsaciones, watios…). Los datos que obtengamos los compararemos con los del Periodo Especifico e intentaremos sacar conclusiones para nuestras intensidades actuales de entrenamiento.