Sobreentrenamiento
EL EXCESO EN EL DEPORTE
El sobreentrenamiento es la enfermedad o conjunto de síntomas que aparecen como consecuencia de una actividad deportiva intensa y prolongada. Tambien se llama síndrome de fatiga deportiva. Los deportistas, profesionales o no, con niveles de entrenamiento continuado e intenso, sin el descanso oportuno o con mala alimentación, tienen muchas posibilidades de padecerlo. Si, además le añadimos estrés laboral o familiar, o aumento rapidos en los entrenamientos, la aparacion de esta patología esta asegurada.
El problema es que nunca se sabe cuando nos estamos excediendo en el ejercicio, cuando cruzamos la raya entre lo saludable y lo perjudicial. Es mas frecuente en deportes de resistencia y poco en los sprinters o velocistas. La condición indispensable para etiquetar un bajo rendimiento es que el cuadro no cede en unas dos o tres semanas con reposo y no hay otro problema medico asociado.
RESPUESTA NORMAL AL ENTRENAMIENTO
Cualquier deportista debe entrenar duro para conseguir la meta propuesta. Los periodos de entrenamiento son cíclicos y hay fases de sobrecarga importante, pero con una recuperación entre periodos y durante ellos el entrenamiento es asimilado. Durante estas fases pico de preparación, se producen cambios en aspectos fisiológicos en el deportista: se producen cambios de humor y nos volvemos mas irritables, cansados y fatigados; los iveles de glucógeno quedan reducidos al minimo; los parámetros cardiológicos, como la frecuencia cardiaca en reposo aumenta; el índice testosterona/cortisol disminuye ya que la testosterona desciende y el cortisol aumenta; los niveles de creatin kinasa se incrementan como consecuencia de pequeñas lesiones musculares a nivel microscópico. Pero todo ellos es reversible si se reduce el pico de actividad durante 10 – 14 dias.
RESPUESTA ANORMAL AL ENTRENAMIENTO
En algunas personas hay una recuperación incompleta como consecuencia de un excesivo y prolongado esfuerzo, estrés competitivo u otras clases de estrés. Al bajar nuestro rendimiento con el esfuerzo en lugar de recuperar, el deportista incrementa las sesiones de entrenamiento y la intensidad de las mismas. Los niveles de noradrenalina se incrementan y en cambio, caen los niveles nocturnos de dopamina y adrenalina.
SINTOMATOLOGIA
El primer signo de alerta es que nuestro rendimiento decae. Hacemos las mismas rutinas, los mismos ejercicios y sin embargo, cada dia corremos mas lento, acabamos mas cansados. Lo que se nos puede ocurrir es incrementar la intensidad y frecuencia del entreno por pensar que ese es el problema, sobre todo cuando tenemos un reto en el horizonte próximo, como una maratón, una final de un campeonato profesional…. Esto no hace si no empeorar las cosas.
A continuación nuestro rendimiento deficiente comienza a pasarnos factura en el plano anímico. El deportista se encuentra irritable, cansado, enfadado e incluso, a veces, con comportamientos agresivos. Se puede acompañar de momentos de excesiva sudoración.
En el trabajo también se puede apreciar una bajada en el rendimiento intelectual con perdidas de concentración, despistes y fatiga mental. Se descansa mal y se duerme peor. Al levantarnos por la mañana, la sensación es la de no haber descansado nada en absoluto. Las alteraciones en el patrón del sueño ocurren en el 90% de los afectados, presentando insomnio de conciliación, pesadillas o sueño no reparador. Tambien hay una perdida del apetito sexual. En el sexo femenino puede llegar a tener alteraciones en la menstruación, ya sea con ausencia de la misma durante meses o por irregularidades en su presentación.
Incluso, en situaciones donde esto se prolonga, puede haber alteraciones del sistema inmunitario, lo que comúnmente conocemos como bajada de las defensas. Se presentan resfriados, cuadros gripales que se prolongan durante mas días de lo que habitualmente lo hacen. Es frecuente que se asocien infecciones de las vías respiratorias altas, que son recurrentes en ciclos. Si la recuperación no es completa y la reincorporación se precipita, dichos cuadros catarrales vuelven a aparecer. El origen se debe al incremento de los niveles de cortisol en sangre; esto provoca un descenso de los niveles de inmunoglobulinas y de glutamina, esta ultima es imprescindible para la fabricación de linfocitos, células del sistema inmunitario.
Se pierde también el apetito. No se come correctamente. En ocasiones, el miedo a engordar ya que no podemos eliminar esas calorías o simplemente que no apetece ingerir nada debido a nuestro estado de animo. Respecto a los parámetros fisiológicos, se incrementa la tensión arterial en reposo, el consumo de oxigeno y tras la realización de un entrenamiento, el descenso de las pulsaciones es mas lento que en condiciones normales.
En resumen, el sobreentrenamiento puede afectar a todos los aspectos de nuestra vida, la personal y la profesional.
TRATAMIENTO
Si la causa de todo esto es el sobreesfuerzo repetido y mantenido, lo primero que debemos hacer es reducir la actividad deportiva. No hablo de parar en seco, lo cual es difícil que el deportista lo lleve a cabo, sino de reducir la intensidad hasta unos niveles muy básicos. El papel de los preparadores físicos es fundamental tanto en la detección como en la recuperación del deportista ante este problema. Esta preparación debe ser personalizada. Sin embargo, debemos revisar toda nuestra rutina de preparación. Corregir los excesos en la intensidad y la frecuencia, planificar los descansos y modificar todo lo que sea sospechoso de causar el sobreentrenamiento. Otro aspecto importante es la alimentación. Debemos revisarla e introducir los requerimientos básicos que sean insuficientes como los carbohidratos, las proteínas o vitaminas. Añadir complejos vitamínicos y oligoelementos como magnesio o fosforo. Es importante escuchar a nuestro cuerpo. Las señales que nos va a mandar debe ser escuchadas y debemos poder reconocerlas para tomar las medidas oportunas. Descansar entre entrenamientos o tras partidos o competiciones. No entrenar con dolor o con articulaciones o musculos sobrecargados. Esto será la antesala de una lesión con toda seguridad. Acudir al fisioterapeuta nos ayudara a devolver el tono normal a nuestra musculatura y de esta manera, poder asimilar mejor el esfuerzo prolongado.
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